LUP desarrolló un sistema de reciclaje de plástico a baja escala, que permite acercar el reciclaje a localidades que no cuentan con acceso a la cadena de reciclaje tradicional. Este sistema se basa en incorporar a los artesanos a la cadena de reciclaje, mediante la elaboración de una fibra de plástico reciclado que sirve como insumo para ampliar la oferta de productos y servicios que ofrece la artesanía. Así, este sistema logra ser rentable al aumentar más de 40 veces el valor de 1kg de plástico, por lo que, a diferencia de los sistemas de reciclaje tradicionales, no es necesario procesar grandes volúmenes de material para sostener su operación, lo que permite instalarlo en zonas sin acceso a sistemas de reciclaje y así, incluso, facilitar la gestión de otros residuos. Esto permite lograr un sensibilización de las comunidades en materia de captación de materiales para reciclaje, al vincular esta práctica a las costumbres y tradiciones de la localidad (como la artesanía).